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ANÁLISIS PERIODÍSTICO
Blog de Ernesto Serrano
13 de Julio, 2009    General

Mediciones del rating


La medición de audiencia de televisión (TV abierta y cable) en Capital Federal y Gran Buenos Aires y las ciudades de Rosario, Córdoba y Mendoza se realiza mediante un aparato electrónico llamado “people meter” que registra minuto a minuto el consumo televisivo de los habitantes de un hogar. Los “people meters” son instalados en hogares que forman un panel seleccionado usando datos censales. Ningún hogar puede postularse para formar parte del panel ya que el mismo puede estar integrado solamente por hogares que salieron sorteados de acuerdo con una “rigurosa”  metodología estadística. El “people meter” registra electrónicamente el cambio de canales y el tiempo de permanencia frente al televisor de cada uno de los miembros que lo hayan sintonizado. La información almacenada es transmitida a las oficinas de Ibope donde se procesa diariamente.

Un punto de rating representa el 1 % (uno por ciento) del target elegido. Teniendo en cuenta los datos poblacionales del 2006 y considerando que el total de hogares de Capital y GBA es de 3.182.053 hogares, 1 punto de rating en Capital y GBA = 31.821 hogares. Considerando que el total de individuos de 4 a 99 años de Capital y GBA es 10.052.413 individuos, 1 punto de rating en Capital y GBA = 100.524 individuos. La cantidad de personas que representan uno o más puntos de rating varía de acuerdo al target considerado.

 

Fuente: Ibope

 
¿Que es el People Meter?

Es el aparatito encargado de medir, almacenar y llevar la informacion a IBOPE. Se Conecta al Cable por el cual llegan las imagenes al televisor. Esto tiene un control Remoto por el cual cada integrante de la familia tiene su "codigo" y asi poder identificar mas datos como serian Edad y Sexo de la persona que esta viendo la tele.
           

Se toma en cuenta el porcentaje de la gente del "Panel" (asi se les dice a las personas dentro del sistema del People Meter.
Por ejemplo: si 100.000 es el 100%, si un canal llega a 1.000 este tendra 1 punto de rating

1.1 ¿Cómo se mide el rating con people meter?    
La medición de audiencia de televisión (TV abierta y cable) en Capital Federal y Gran Buenos Aires y las ciudades de Rosario, Córdoba y Mendoza se realiza mediante un aparato electrónico llamado “people meter” que registra minuto a minuto el consumo televisivo de los habitantes de un hogar. Los “people meters” son instalados en hogares que forman un panel seleccionado usando datos censales. Ningún hogar puede postularse para formar parte del panel ya que el mismo puede estar integrado solamente por hogares que salieron sorteados de acuerdo con una rigurosa metodología estadística. Esto quiere decir que todos los hogares de la zona a medir tienen la misma posibilidad de ser seleccionados. Los hogares que forman parte del panel se distribuyen proporcionalmente a la población. Cada integrante del hogar seleccionado, pulsa la tecla que le corresponde para registrarse como telespectador en el control remoto del meter. El “people meter” registra electrónicamente el cambio de canales y el tiempo de permanencia frente al televisor de cada uno de los miembros que lo hayan sintonizado. La información almacenada es transmitida a las oficinas de Ibope donde se procesa diariamente.

1.2 ¿Cómo se miden las audiencias de Cable?      
Desde el punto de vista de la metodología y recolección de los datos, para medir las audiencias de las señales de cable, IBOPE Argentina procede de igual manera que en televisión abierta. Los hogares tienen distintos proveedores de cable, por lo tanto el área de producción de IBOPE cuenta con una base de datos en la cual identifica a qué cable operador está abonado cada hogar que compone la muestra . De acuerdo al número de canal que está sintonizando el hogar y a través de la grilla que envía cada operador, se identifica la señal que el hogar está sintonizando y después de su procesamiento , se obtiene el dato de rating.

1.3 ¿Qué valor está establecido como porcentaje de la población que posee cable?
"El Índice de Penetración de Cable para GBA a partir del 01/01/2007 es de 75,1 %".

1.4 ¿A cuánto equivale 1 punto de rating?  
Un punto de rating representa el 1 % (uno por ciento) del target elegido. Teniendo en cuenta los datos poblacionales del 2007 y considerando que el total de hogares de Capital y GBA es de 3.070.600 hogares, 1 punto de rating en Capital y GBA = 30.706 hogares. Considerando que el total de individuos de 4 a 99 años de Capital y GBA es 9.678.200 individuos, 1 punto de rating en Capital y GBA = 96.782 individuos. La cantidad de personas que respresentan uno o más puntos de rating varía de acuerdo al target considerado. NO ES LO MISMO 1 Punto de rating considerando el total individuos, que considerando el total de hogares.

1.5 ¿Cómo se compone la muestra?          
La muestra está compuesta por 810 hogares distribuidos en Capital Federal y los 24 partidos del Conurbano. Sumando los televisores de estos hogares, hay aproximadamente 1500 people meters instalados ya que debe instalarse un equipo por cada televisor que posee el hogar televisor. La muestra está distribuida proporcionalmente a la densidad poblacional de cada distrito y partido.

1.6 ¿Qué es el Panel y cómo se seleccionan a sus integrantes?  
La captura de los datos de audiencia se realiza sobre una muestra de hogares que se llama panel porque los hogares son medidos a través del tiempo por un período determinado. El panel representa a la población de Capital y GBA. Estos hogares brindan información sociodemográfica, permiten la instalación de los equipos en todos los televisores en funcionamiento de su hogar y registran su exposición a los televisores medidos. Los hogares seleccionados para la medición de audiencia televisiva se obtienen a partir de una muestra de domicilios con televisores, que han sido elegidos mediante métodos probabilísticos. Esto quiere decir que todos los hogares tienen la posibilidad de ser seleccionados . Los hogares que forman parte del panel se distribuyen proporcionalmente a la población, en el Área del Gran Buenos Aires, delimitado por la Capital Federal (21 distritos del I al XXI) y los partidos del Conurbano Bonaerense (24 partidos del Gran Buenos Aires).

1.7 ¿Se puede formar parte del panel de manera voluntaria?       
No. Sólo se puede ser integrante del panel aquellos hogares cuyos datos fueron obtenidos de la muestra maestra realizada por Ibope. El hogar es incorporado al panel una vez aceptado su colaboración y cuando las características del mismo son aprobadas por el área de estadística de Ibope.

1.8 ¿Cómo se lee la planilla de ratings diarios?       
En la planilla diaria de ratings están discriminados por orden ascendente, las 5 señales de TV abierta y el cable agrupado. El rating de cada programa indica el promedio dentro de su horario real de emisión. Agrupados en columnas sucesivas se informan los siguientes datos: Total Abierta: Corresponde a la acumulación de los ratings de los canales de TV abierta que están transmitiendo. Puede ser que este valor sea inferior a la suma de los ratings aislados de los canales , dado que un hogar puede estar sintonizando diferentes canales en un mismo momento. Total Cable: Corresponde a la suma de los ratings de todos los canales de cable que están transmitiendo. Los canales de cable transmiten las 24 horas. Total Otros: Corresponde a la acumulación de ratings de aparatos de VCR, DVD, Video Juegos. Total Encendido: Es la acumulación de los ratings de TV abierta, cable y otros. Como en el caso de Total abierta, este valor puede ser inferior que las sumas aisladas de los ratings que componen el total encendido.

1.9 Qué es la muestra intab?           
Si bien contamos con una muestra de 810 hogares , la colecta diaria difícilmente alcance a todos los hogares intervinientes, dado que los datos se reciben por línea telefónica y en algunas ocasiones por razones de diversa índole, no es posible establecer la comunicacion. Es decir, de esos 810 hogares con equipos instalados, se colecta información de la mayorìa. La muestra intab es la cantidad de hogares efectivamente colectados con la que se procesaron los datos.

¿El hogar recibe algo a cambio por colaborar con la medición?   
Sí. A través de un sistema de acumulación de puntos el televidente tiene la posibilidad de canjear una serie de artículos y productos domésticos de acuerdo con el grado de colaboración que tiene a la hora de exponerse frente al televisor.

¿Cómo el televidente va sumando puntos?            
En el sistema de acumulación de puntajes se tiene en cuenta: la predisposición del encuestado; el tiempo de permanencia que tiene dentro del panel en estudio; la cantidad de aparatos que tiene en su casa.

¿Existe algún artículo o productos prohibido en el catálogo?         
Sí. No se puede premiar al televidente con un aparato de TV. Esto se debe a que se estaría corrompiendo al encuestado y se faltaría a la ética y la moral a la cuál se comprometió Ibope.

¿Se mide el rating en el interior del país?    
Sólo en algunos sectores como Gran Rosario, Gran Córdoba y Gran Mendoza.
¿Cómo se calcula el rating cuando hay un hogar con dos televisores encendidos en canales distintos? En el caso de que en un mismo hogar haya dos televisores encendidos en canales distintos, se toma el cálculo del rating de ambos canales.
¿Cómo se calcula el rating cuando hay un hogar con dos televisores encendidos en un mismo canal?
En el caso de que en un mismo hogar haya dos televisores encendidos en un mismo canal, se toma el cálculo del rating de un sólo aparato de TV.

 

 

El aparato conocido en la actualidad como People Meter tiene sus antecedentes en las primeras mediciones electrónicas surgidas en la década del 30. Es en el año 1938, que Frank Stanton, 1 perfeccionó un dispositivo capaz de medir el tiempo durante el cual un receptor de radio sintonizaba una emisora. Este proyecto ejecutado con Paul Lazarfeld, fue conocido como "Princeton Radio Proyect”. De este proyecto aparece el "analizador de programas", una máquina destinada a registrar las reacciones del oyente. Este analizador basaba su mecánica en tres opciones: pulsar el botón verde, podía entenderse como satisfacción, el botón rojo, ser entendido como disgusto y finalmente no pulsar ningún botón, podía ser interpretado como indiferencia. Estos botones estaban conectados a un polígrafo, que captaba los altibajos en las respuestas de la audiencia. Esta primera etapa de sistemas medición electrónica de audiencias, corresponde a la llamada primera generación de audímetros * y estaba claramente caracterizada por el desarrollo y masificación de la radio. Durante los años 50, se desarrollan los audímetros adaptados al nuevo y naciente medio; la televisión. Los primeros equipos sólo podían captar, el consumo de los hogares sin poder identificar individuos. La información obtenida indicaba el número de hogares que consumían televisión, los canales sintonizados y el tiempo de consumo, pero no el número de personas. Su característica básica era la nula participación por parte de la audiencia, a la que se le denominaba "pasivo hogar". Durante la década de los 80, aparecen audímetros más sofisticados y precisos, capaces, de identificar claramente quien está frente al televisor, permitiendo tener datos individualizados de consumo. Este desarrollo corresponde a la cuarta generación de audímetros, cuyo grado de precisión permite establecer el momento exacto en que un programa está siendo visto o escuchado por la mayor cantidad de gente para así saber, qué o quién hace mas rentable comercialmente un producto 2

 

El People Meter hizo su aparición en la escena nacional el año 1992, en un privilegiado momento político y social de liberalización económica; instalándose con fuerza al interior de una matriz de consumo y aceleradas privatizaciones. En los inicios de la década de los 90 aparecen en Argentina los primeros canales privados de televisión abierta, incentivados por la necesidad de expandir y facilitar una libre competencia vinculada al desarrollo del neoliberalismo, así como a la consolidación de un modelo televisivo de financiamiento publicitario. Sin embargo, en términos estrictos el People Meter se instala y funciona monopolizando aquello que es su fundamento; esto es el libre mercado. Estados Unidos y Argentina, la licitación del servicio está en manos de una sola empresa Time-Ibope, compañía resultado de la asociación de la consultora chilena Time, con el Instituto Brasileño de Opinión Pública y Estadística, Ibope. Este tipo de constitución no es azarosa, el People Meter se instala en manos de una empresa privada, pero que se consolida como una medición pública, esto es cumpliendo una función social. Que el People Meter no tenga competencia, mas allá de las disputas sobre una teoría económica, es relevante ya que alimenta por una parte, un fuerte imaginario sobre un cierto rating, son reflejos de la realidad social. Son estos números los que se utilizan como verdaderos fundamentos sociales, radiografías sobre los gustos, hábitos y comportamiento de las audiencias. El People Meter instala una ilusión democratizadora que es en principio su mejor disfraz. Sin lugar a dudas se trata de una instancia que se nutre de una lógica de mercado así como de una lógica de participación. Los públicos elegirían libre y automáticamente al interior de la oferta de los productos audiovisuales; esto funcionaría como realización de un ágora moderna, que sin embargo, posee sus propias directrices. El que estas audiencias sean capaces de elegir (un privilegio que en el pasado estaba sólo reservado a una elite) reafirma el papel liberalizador que tanto exalta el índice de medición de audiencias. La muestra constitutiva del People Meter atraviesa cuatro de los grupos socioeconómicos ABC1-C2-C3-D, en el que se encuentra excluido el E. El People Meter mide respuestas, impulsos instantáneos, en rigor ciertas señales que emiten los individuos desde un lugar articulado como espacio de consumo natural; el hogar. Esto es algo que vale la pena tener claro cuando se cae en la tentación de criticar al aparato en algo que nunca se propuso medir. Este aparato es un equipo electrónico de medición, una microcomputadora que registra automática y autónomamente la hora en que se enciende un televisor, el canal sintonizado y los televidentes. Es "una especie de caja negra" 3 no más grande que un video, ubicado en la parte de arriba del televisor, y que marca con dígitos rojos qué canal está siendo sintonizado y qué usuario es el que lo ve. El People Meter consta de un control remoto que posee un botón exclusivo para cada integrante de la familia. A cada uno de ellos se les designa un número. El jefe de hogar (generalmente el padre) tiene el número uno, el dos la madre y los números restantes son de los hijos. Estos dispositivos se instalan en los hogares de una muestra seleccionada y controlan la actividad del televisor, video u otras fuentes de señal en el televisor. En caso de tener un único televisor, se instala un único dispositivo maestro. De lo contrario se utilizan aparatos "esclavos" para cada televisor adicional que mandan la información al aparato principal, el que a su vez está conectado a una antena. La antena se comunica con el mando en xxxxxxxxxxxxxxx desde donde se envía la información de los 350 hogares a la central de Time Ibope, en el barrio xxxxxxxxxxxxx. Todos los aparatos que se encuentran sobre los televisores del hogar poseen un control remoto. El mecanismo medidor de audiencias se completa con un pequeño micro procesador que registra qué canal mira cada miembro de la familia y por cuanto tiempo lo hace. Una vez al día transmite la información acumulada a las oficinas centrales de la empresa medidora de audiencias.

El People Meter distingue dos tipos de medición de audiencias.

La primera mide el consumo promedio por minuto de un período determinado y se denomina "consumo persona". La segunda mide el consumo promedio por minuto sólo de quienes han visto al menos un minuto en el período analizado y se denomina consumo televidente. La medición persona incluye tanto a los que ven como a los que no ven televisión en un período determinado. Mientras que la medición "televidente" sólo incluye a quienes han visto al menos un minuto de televisión en ese mismo período, estos son vistos como los consumidores más regulares de la televisión. Que el People Meter mida señales no presenta en si mismo mayor complejidad. Puede hacerlo o no, si se recuerda que el fin último es establecer los segmentos adecuados para insertar la publicidad acorde al público objetivo que se busca. Esta operación resulta consecuente con la hipótesis, de que a mayor exposición a la publicidad, se genera una mayor recordación, que estimula el consumo de los productos publicitados En este sentido es posible especular que esta función es quizás cumplida con éxito por el People Meter, al menos con un cierto éxito para quienes se interesan por la información (canales de televisión y agencias de publicidad). En este punto el People Meter podría incluso ser una alternativa válida y científica, para el fin que se propuso. Sin embargo el People Meter, se nutre de su constitución como noticia, es exhibido y analizado como un síntoma, como parte constituyente de los mensajes televisivos. La lucha por el rating, llega hasta los hogares donde son los mismos programas los que ruegan por ser vistos. Una parte de la crítica académica ofrece una mirada que sataniza y desprecia el rating, elevándolo a la categoría de culpable de la mala calidad de la televisión, reflejo obviamente del mal gusto de las audiencias. Desde luego que estas críticas tienen algo de ingenuidad al no interpelar a la lógica que está detrás de estas cifras. Una lógica del rebote, en la cual se recrea la ilusión de una participación autónoma y libre en el consumo, que no obstante, adquiere una dimensión estructural. Los comportamientos de estas audiencias consumidoras, se transforman en una preocupación de primer orden. Un recurso como el zapping, clásicamente enfatizado como uno de los grandes demonios de la televisión, se convierte en esta medición en un gran aliado, así como en la única evidencia de que efectivamente hay alguien apretando botones frente a la pantalla. Este asunto no es menor, si se considera que estos comportamientos que las audiencias realizan, son en definitiva los únicos indicios que aseguran que hay alguien al otro lado viendo algo. Estas audiencias-nebulosas, prueban su existencia y actividad mediante estos recursos técnicos.

 

Existe una premisa fundamental que utiliza este tipo de técnicas, el supuesto siempre presente de que la motivación última de las audiencias-consumidoras es la búsqueda de gratificación. Esto es, una mecánica de recompensas. En este sentido se atribuye a la capacidad de elección, un status que implica en sí mismo gratificación; el acto de elegir (la posibilidad de pulsar un botón) sería por si mismo un acto altamente gratificante. Siguiendo esta lógica, podemos establecer que se cumple cabalmente el esquema de recompensas: elegir sería el estímulo; mientras que la recompensa estaría dada por la mantención de aquellos productos audiovisuales, que las audiencias eligen en el libre juego de elección programática. No obstante este camino de gratificaciones y recompensas, en principio individuales, terminan contradictoriamente siendo referidos a explicaciones estructurales. La operación legitimadora que se establece apunta hacia la constitución de una estructura reflejo cuyo resultado obedece a la simple sumatoria de conductas individuales. Son estas mismas conductas, aisladas, las que son extrapoladas a fundamentos macrosociales. La actividad de las audiencias es un recurso ampliamente difundido y exaltado como el triunfo sobre las masas manipuladas. Esta actividad se fundamenta en una lógica causal, que queda reducida a un solo movimiento; la realización de la actividad de estas audiencias soberanas, se manifiesta en una conducta instantánea y técnica; pulsar un botón. La lógica que está a la base de este movimiento retrotrae inevitablemente al esquema de estímulo-respuesta, una matriz de pensamiento que algunas teorías de la comunicación se niegan a abandonar. En términos concretos, la operación de pulsar un botón, es el resultado de una opción de las audiencias ante el desfile de productos audiovisuales, expuestos en una suerte de supermercado, que los individuos en un momento deciden seleccionar. El tipo de actividad que instala el People Meter, se basa en una antigua noción de conducta, que deja de lado la complejidad de una acción social. Una conducta, a diferencia de una acción, se entiende principalmente por su carácter instantáneo e impulsivo, mientras que la acción se refiere a un proceso reflexivo que implica dotación de sentido así como la movilización de estrategias y definiciones que el actor pone en juego. En este sentido resulta curioso como este conjunto de conductas es elevada a la categoría de reflejo. Por un lado las audiencias son tratadas como consumidores, con toda la potencia que eso significa, pero por otro lado sus respuestas son tratadas como fundamentos sociales de todo tipo; desde las teorías elitistas, que ven a los públicos como masas estúpidas y enajenadas, depositarias del mal gusto, hasta ciertas pautas de realización donde se les da a los públicos lo que ellas piden, formando un círculo de autorreferencia. El People Meter, posee una potencia de gran alcance, por cuanto es ocupado como el dato confiable a la hora de establecer un nexo con estas audiencias consumidoras. El único dato, el verdaderamente científico y veraz. Las recurrentes críticas a este medidor de audiencias, se refieren en su mayoría al limitado alcance que este aparato tiene en la población. El People Meter considera una muestra de aproximadamente 350 hogares, sólo en el Gran Santiago cuya población a medir, alcanzaría alrededor de 1600 personas a nivel nacional, (los datos del People Meter, son verdaderos misterios, así como las direcciones de quienes integran la muestra, ya que los que se busca es resguardar la privacidad, así como evitar presiones o incentivos por parte de los canales). Del mismo modo, el aumento en la muestra, no forma parte de nuestro análisis que considera en definitiva no su alcance, sino la lógica detrás de la aplicación de este "cuenta personas". Tomando en cuenta estas precauciones, podría surgir la razonable pregunta por la función de este aparato. Es imprescindible no perder de vista, que este dispositivo, busca como criterio de selección la correcta disposición de la publicidad en los segmentos programáticos, ante lo cual los programas de televisión se convertirían en excusas, en pautas de continuidad. Esto evidentemente al interior de un sistema de financiamiento publicitario, que teóricamente se desvincula del Estado para lograr una autonomía, esta vez asociada al mercado. La discusión mediática analiza la "tiranía del rating", a partir de la imposibilidad de avanzar en la calidad de la programación. Se da a las audiencias "lo que ellas piden". Esta máxima estimula una circularidad entre producción y reproducción de la programación televisiva, en la que los públicos terminan siendo los culpables de la mala calidad de la televisión. La discusión sobre la calidad de la televisión, es un aspecto que nada tiene que ver con una medición como el People Meter. Un artículo de prensa titulado "medios" muestra el matiz que adquiere la problemática del "cuenta gente". Bajo el título "Exitos que dañan" 4, María Olga Delpiano, señala: "Si hay una medición imperfecta ésa es el People Meter. Gracias a él, la tv cae siempre en el pantano de no innovar dejándose llevar por lo que quiere la gran masa" y añade, haciendo alusión a una mecánica de conclusiones antojadizas "se sabe que a las masas se les conquista con conversaciones livianas, humoristas, copuchas, caras bonitas, mucho fútbol, y crimen en los noticiarios" Definitivamente este tipo de opiniones elitistas, en nada contribuye al ejercicio de hacer un análisis más profundo. Es fácil culpar a las ¿masas? cuando se establece un análisis desde una explicación especular. De esta discusión finalmente serían "las masas", señaladas como culpables, lo cual deja nuevamente al aparato con un halo de neutralidad y oficialidad. Si se quiere interrogar al People Meter en su capacidad de medir audiencias, es necesario en tal operación, establecer de qué hablamos cuando hablamos de audiencias. En primer lugar es imprescindible advertir que existe una cierta naturalización de las "audiencias", que bajo esta óptica, se encuentran constituidas por cualidades estandarizadas, susceptibles de ser aplicadas universalmente, en un movimiento que implica suspender complejos locales, culturales y simbólicos. En este concepto las audiencias, quedan remitidas a un conjunto de indicios, homologables a señales, una suerte activación electrónica, capaz de responder en teoría, a preguntas del tipo, quién ve, qué ve, y por cuánto tiempo. Convirtiendo a estas audiencias en sujetos que sentados en un determinado lugar, se dedican a mirar televisión y a pulsar botones, consolidando con ello una lógica cercana a un manual de instrucciones.

 

 

 

 

 

 

 

 

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publicado por ernestoserrano a las 18:53 · 1 Comentario  ·  Recomendar
 
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Realmente estoy dolido porque de acuerdo a lo que he leído estoy seguro que Uds. piensan que soy un tarado y un bobo. No puede existir en el UNIVERSO un gil que estime correcta la medición de la TV. Es el hazmerreir peor presentado que existe.Si alguien puede explicar que 810 TV pueden dar cifras sobre 20.000.000 de aparatos es no pensar.
publicado por domingo mottini, el 22.09.2010 18:02
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